Pero mi apreciado amigo, esto no es una broma y sé que aun no me conoces, pero estoy seguro, que al terminar de leer esta carta sabrás un poco mas de mi y desde donde te escribo.
Bueno me hubiera gustado mucho ir personalmente para hablar contigo, pero se me es imposible hacerlo, pero se de ti y se quién eres.
Amigo, hace mucho tiempo atrás yo tuve tu edad y viví con quienes me amaban y con otros más. El tiempo vivido para mi fue muy rápido y tal vez mi progreso no fue como el tuyo, porque durante ese tiempo nunca tuve el conocimiento de las verdades del evangelio, las cuales, ya tú tienes ahora.
Cada vez te observo y miro cada minuto que vives y también aquellos minutos que no aprovechas. Me digo a mi mismo ¡Cuánto desearía tan solo uno de esos minutos!, para regresar y hacer, tan solo una cosa, ¡Una cosa!, la cual depende mi salvación. Pero esto no me es posible.
Somos muchos los que estamos aquí. Millones y billones quienes esperamos por cientos y cientos de años a alguien como tú que nos pueda ayudar.
Cada vez que te diriges al templo para realizar ordenanzas, muchos de nosotros nos acercamos a ti, y aunque no nos puedas ver, y con mucha ansiedad y suspenso, siempre esperamos que una de esas pequeñas tarjetas la cual se te es dada, sea la mía o de alguien que lleva esperando cientos y cientos de años. ¿Pero, sabes qué? Cuando se termina el suspenso y me doy con la sorpresa que esa tarjeta no era la mía, me entristece mucho, y me pregunto ¿Cuánto tiempo más tendré que esperar?.
Cada vez que esto sucede, me arrodillo para poder suplicar a mi Padre Celestial, que alguien se acuerde de mí, pero no pierdo la Fe que algún día te acordaras de mí.
Ahora amigo ya sabes desde donde te estoy escribiendo y que es lo que deseo de ti, espero que no me olvides, ni olvides que llevo cientos de años esperando por ti
Ayúdame!!
Atentamente Un hermano fallecido
Desde el mundo de los espíritus!!!!
|